8/06/2024 | Por: William Calderón Zuluaga

El realismo político

Se ha entendido por poder constituyente la capacidad que tiene una nación conforme a su reglamento, de dictar sus normas para su funcionamiento… Ese poder constituyente se ha considerado un modelo a seguir en las democracias débiles o cuando los gobernantes desean cambiar el Estado a su voluntad…

La característica que identifica a los gobernantes para buscar el dominio y la aprobación de sus programas, es oponer el poder constituyente a la Constitución…

El verdadero realismo político no consiste en que se reconozca el carácter decisivo del poder constituyente mediante la imposición de interpretaciones, sino la decisión de los ciudadanos conforme el reglamento constitucional para su cambio o reforma.

Las conveniencias e interpretaciones

El poder constituyente en su resultado debe tener un criterio de permanencia y legitimidad constitucional en el procedimiento de convocatoria. De lo contrario, se abriría paso a las conveniencias e interpretaciones que han dado al traste con otras reformas a la Constitución. El excanciller Leyva y el exfiscal Montealegre desde sus cenizas lo mismo que el presidente Petro

El ex Canciller Leyva, el ex fiscal Montealegre lo mismo que el presidente Petro, han propuesto una Constituyente con el argumento que el proceso de paz, que incluyó un Acuerdo Nacional, equivale según ellos a la convocatoria de una Constituyente.

El rentable negocio de la paz y su círculo vicioso

La paz ha sido un negocio rentable para quienes viven de la guerra y quienes buscan la paz, formándose un círculo vicioso entre esos actores con un propósito común, de mantener en vilo al país sobre la necesidad de la paz estable y duradera, cuando lo que existe es una inversión del término, por cuanto lo que permanece estable y duradera ha sido la guerra… Es un término distractor, que genera inquietud, zozobra y mantiene al país expectante, que es una de las formas del ejercicio de la política para dejar de lado los verdaderos problemas nacionales.

Las promesas incumplidas

Los gobernantes le otorgan a la gente, el circo o alguna preocupación para mantenerla alejada del verdadero problema que es el bienestar, el reto de los desniveles sociales, que serán siempre la razón de las promesas incumplidas y el deseo de los cambios que no suceden… Cuando una sociedad es feliz, no le importa lo que digan los gobernantes, porque está unida y no es sugestionable, no se los pueden mantener en la zozobra, que es necesario para que el individuo no piense la manera de buscar fórmulas de soluciones a las crisis que crean los gobiernos.

El fenómeno falso

Estamos frente a un fenómeno falso de una constituyente incorporada en un proceso de paz, que se le ha vendido al país como una tabla de salvación inexistente, que aleja la posibilidad de un concierto de voluntades… Una nueva Constituyente, nos es posible, si no es expresa, con acuerdo previo nacional, sin el atajo unilateral del totalitarismo, como lo creen quienes interpretan a su manera la ley y los acuerdos… Una Constituyente, contrariando el trámite constitucional, es la que se utiliza en las revoluciones o los mal llamados “revolcones”,

Y ni lo uno ni lo otro han ocurrido en nuestro país, para agregarle otro ingrediente de insensatez a la nave sin rumbo de nuestra nación.