17/06/2024 | Por María Clara Ospina

El hundimiento del proyecto de la Ley Estatutaria de Educación en el congreso dejó muy claro que Fecode gobierna a Gustavo Petro.

Fue lamentable ver cómo, después de tanto esfuerzo y una buena dosis de concertación, muy democrática y conveniente en este momento de arbitrariedades exacerbadas, se había logrado un consenso sobre esta ley, en la Comisión I del Senado, con la anuencia de todos los actores, especialmente del gobierno.

Sin embargo, dicho proyecto de ley, modificado y mejorado, fue, a última hora, descartado por el total bloqueo, irascible y caprichoso, de algunos miembros del Pacto Histórico, partido político de Petro, y de La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, FECODE. Una asociación de 33 sindicatos regionales y uno nacional.

Fecode es conocida por su ideología de extrema izquierda, la cual ha pretendido imponer, a través de las enseñanzas de sus maestros, a estudiantes de todas las edades, desde la niñez, en las escuelas del país.

Esta organización sindical probó tener más fuerza que los senadores y representantes electos por el pueblo y que el mismo Petro, quien se acobardó ante sus exigencias. Algo verdaderamente increíble y vergonzoso.

Pero veamos, ¿acaso Petro no le debe a este sindicato algunos favores? El mismo FECODE confirmó que: “el 24 de mayo del año 2022 se giró el cheque número 4546139 por la suma de $ 500 millones a nombre del señor Dagoberto Quiroga en calidad de representante del Movimiento Colombia Humana”, “aporte económico para colaborar con la campaña Petro presidente 2022 — 2026”.

“Ajá”, como dirían los costeños, la cosa se va aclarando. Tampoco puede Petro perder el apoyo de ese sector de maestros, aproximadamente 270 mil, cuando su popularidad va en picada, sobre todo después del espantoso fiasco del gobierno con la aseguradora de salud de los maestros, el cual los dejó prácticamente desprotegidos.

El principal motivo para que FECODE hundiera el proyecto de ley fue la negación de los maestros a someterse a las pruebas de evaluación planteadas en ella y a aceptar la responsabilidad sobre los resultados de sus estudiantes en pruebas nacionales e internacionales de educación, como son las pruebas PISA de evaluación de alumnos de la OCDE, destacadas “como un referente que examina las habilidades y conocimientos de estudiantes de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias”.

Alarmantemente, en estas pruebas los estudiantes colombianos vienen empeorando, año tras año, en comparación con los de otros países de la región; de tal manera que hoy Colombia se encuentra en los últimos puestos de clasificación, creando una brecha educativa grave.

Los maestros de Fecode no aceptan ser responsables de dichos resultados porque, según dicen, no se tiene en cuenta la influencia de la familia, la dotación de las escuelas y otros problemas que afectan a los jóvenes. ¿Acaso, los demás países de la región no tienen problemas semejantes o peores y, sin embargo sus estudiantes superan a los colombianos en dichas pruebas? ¿Pretende este sindicato imponer la “tiranía de la mediocridad”? Como han llamado su posición expertos en educación.

Lamentablemente se perdió la oportunidad de aprobar una ley que, una vez superada la alta dosis de ideologías trasnochadas de origen socialista/ comunista, con la cual fue presentada, había logrado construir consensos que habrían sido beneficioso para la educación de nuestros niños y jóvenes.