18/06/2024 | Por Jorge Humberto Tobón Sierra

Ante el uso presidencial del calificativo de “malparidos” para quienes se oponen a su propósito de reelegirse mediante una constituyente espuria, conviene hacer algunas observaciones:

  1. Repasando la entrevista que la gran periodista y defensora de la democracia y la libertad, Vicky Dávila, hizo en marzo/ 2021 al guerrillero Petro, recuerdo que, interrogado por sus actos atroces, violentos e inhumanos, que son considerados crímenes de lesa humanidad y causaron dolor, intranquilidad, miedo, eliminación de seres queridos, desplazamiento de comunidades y derramamiento de sangre, respondió con cinismo y grosería que “fueron actos de violencia política”.
  2. Pretende así el guerrillero Petro engañar a Colombia, desvirtuando sus actos con un lenguaje que tergiversa la realidad.
  3. Entonces pregunto: Si un individuo trafica con droga y realiza un asesinato, ¿se trata de violencia en los negocios? ¿Califica el guerrillero Petro como “violencia política” secuestrar, reclutar menores, bombardear poblaciones, colocar minas quiebrapatas y matar civiles y militares con ellas? ¿Asesinar inocentes en un conflicto que se han inventado para vincularse con el narcotráfico, desplazar poblaciones, encarcelar inocentes en condiciones inhumanas?
    ¿No será más bien que todos esos actos son obra de bandidos a los que se puede llamar terroristas sanguinarios?
  4. Y ahora, para colmo de males, a los ciudadanos que no estamos de acuerdo con la reunión de una constituyente para cambiar el modelo jurídico, económico y social del país y reelegirlo, el presidente nos califica de “malparidos”. No lo somos ni hemos hecho daños al país. En cambio, él sí que los ha hecho, pero no lo calificamos triplicando el adjetivo que emplea.