El ex narcocanciller Álvaro Leyva Durán es un tipo peligroso e irresponsable en el sentido estricto del término. Por cuenta de sus enredos disciplinarios y su avanzada edad, no tiene nada que perder. A estas alturas, difícilmente un juez autorice su encarcelamiento así sea capturado mientras comete el peor de los delitos.
A lo largo de su vida criminal hizo lo que le dio la gana sin que la justicia le impusiera sanción penal alguna. Anduvo con las Farc, con el narcotráfico y hasta con la banda terrorista vasca ETA, sin que la justicia le tocara un pelo.
Desde siempre se especuló con la posibilidad de que Leyva podría ser el monigote de Petro en caso de que este no pueda perpetuarse en el poder. Pero ante la inminente sanción que le impondrá la procuraduría, el reconocido asesor en la sombra de las Farc quedará inhabilitado por el resto de sus días para ocupar cargos públicos.
Pero eso no significa que ese sujeto deje de hacer daño. Es un hombre sin principios ni límites. Hasta los terroristas de las Farc, banda para la que él ha servido durante décadas, lo veían con recelo.
Lo llamaban con el alias de Diego o Profesor. En junio de 2022, este portal, a través de tres entregas, reveló todas las menciones que, sobre el ahora exministro de Relaciones Exteriores de Petro, fueron halladas en los computadores del jefe narcoterrorista Raúl Reyes:
El Departamento de Estado de los Estados Unidos no tiene dudas respecto del maridaje entre Leyva Durán y el crimen organizado. Desde comienzos de siglo, tuvo prohibido el ingreso a territorio norteamericano. Cuando Petro lo nombró en la cancillería, le fue otorgada una visa especial para que pudiera desempeñar sus funciones.
Algunas versiones apuntan a que dicho visado le fue cancelado cuando Petro lo removió del cargo, como ocurrió con Armando Benedetti cuando fue echado de la embajada en Venezuela.
Hace unos años, Leyva se inclinaba servilmente ante Juan Manuel Santos. Eran los tiempos en los que uno y otro fabricaban el acuerdo que desembocó en la impunidad total de las Farc.
Ahora, Leyva, fiel a su naturaleza criminal y traidora, ataca a Santos por cuenta de la oposición del expresidente a la convocatoria de una constituyente vía decreto, fórmula tramposa que está ambientando para ayudar a que Petro se eternice en el gobierno.
Leyva sabe que puede hacer lo que le venga en gana. Cuando fueron descubiertas sus fechorías, con ocasión del proceso que pretendió amañar para favorecer a empresas patrocinadas por su hijo que estaban interesadas en quedarse con el contrato de la elaboración de los pasaportes, dijo que no le importaban las consecuencias, porque cuando salieran los fallos de la justicia él ya estaría muerto. “Que me notifiquen en el cementerio”, se le oyó decir al flamante exfuncionario.
Así que hay que estar muy atentos de los movimientos de ese sujeto porque, así como fue capaz de inventarse a la JEP y de ayudar a que Santos se robara el resultado del plebiscito que negó el acuerdo con las Farc, no le será muy difícil idear el mecanismo para que Petro dé un golpe de Estado.
La Linterna Azul 