24/06/2024 | El Universal

Se trataría de Rodrigo Ramírez Salazar, miembro de la junta directiva de la empresa petroquímica Monómeros, quien estaría involucrado en el escándalo de las ollas comunitarias de la Ungrd.

El abogado Rodrigo Ramírez Salazar sería del círculo cercano de Gustavo Petro. // Redes sociales.

Continúa destapándose el entramado de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (Ungrd), esta vez con las ollas comunitarias, el otro gran escándalo en la administración del exdirector Olmedo López, específicamente en el departamento de Sucre.

De acuerdo con unos chats revelados por el medio El Meridiano, la gestión de fondos destinados a unas 100 ollas comunitarias se habría pactado entre Rodrigo Ramírez Salazar, figura cercana al presidente Gustavo Petro, quien presuntamente le había pedido 300 millones de pesos a un comerciante del municipio sucreño de Corozal para llevar a cabo este programa del Gobierno.

Ramírez, vinculado estrechamente al partido Colombia Humana y exmilitante de la UP, dio de qué hablar por su designación por parte de Petro en la junta directiva de la empresa colombo-venezolana Monómeros en medio del empalme con el Gobierno del expresidente Iván Duque, por su conexión personal con Nicolás Petro, hijo mayor del presidente.

En estos mensajes, el comerciante, quien no quiso revelar su identidad por temor a represalias, le reclama a quien sería uno de los principales escuderos de Petro sobre el incumplimiento para la entrega de las ollas comunitarias.

Incluso, el hombre supuestamente le habría dicho a Ramírez que no había querido denunciar “para no agrandar el problema”. A lo que quien sería Ramírez le responde: “¿me vas a demandar? ¿Usted acaso no tiene idea de quién soy? Usted es un muerto de hambre, denuncie y haga lo que quiera”, se lee en la conversación.

En el resto de los mensajes, se lee:

Presunto comerciante: “Señor Rodrigo, buenas noches, Dios me lo bendiga”.

Al parecer Rodrigo: “Buenas noches, estoy en una reunión, mañana a primera hora lo llamo y organizamos”.

Presunto comerciante: “Bueno, sí señor, porque ya llevamos 2 meses en esto y ya me tienen presionado por esa plata”.

Al parecer Rodrigo: “Mañana hablamos”.

Presunto comerciante: “Buenos días señor Rodrigo, que Dios me lo bendiga. Cuénteme qué hacemos, mire que tengo problemas con esas platas, ahora ni plata ni ollas comunitarias, yo no tengo de dónde devolver esas platas. Usted sabe que yo las entregué de buena voluntad, creyendo en su palabra y en que sí nos iba a sacar esas 10 ollas comunitarias. Me da pena con usted, pero yo necesito definir eso, tengo muchos problemas y hasta mi familia estoy perdiendo por eso”.

Al parecer Rodrigo: “Bueno, pero aquí el que quedó mal fue usted, así que no me presiones, que a usted se le pidieron 300 millones y salió con 60.

Presunto comerciante: “Pero señor Rodrigo, ¿cómo así?, si usted ofreció 100 ollas comunitarias y pidió 300 millones de pesos, para pisar el negocio, con 60 nos hubiera dado siquiera 20, pero yo necesito recuperar esa plata, yo no tengo que pagar una plata que no me he comido”.

Al parecer Rodrigo: “Hay que ser serio, yo hice un acuerdo con usted y usted no cumplió”.

Presunto comerciante: “Yo fui serio, y si los socios no dieron más plata porque no vieron seriedad, usted todos los días salían con algo nuevo”.

Al parecer Rodrigo: “Vea, aquí hay que esperar, aquí quien incumplió fue usted, así que a mí no me escriba más, ahora que se calmen las cosas le voy a sacar unas ollas, pero deje de presionar que así no son las cosas”.

El tema de las ollas comunitarias ha sido una estrategia fuertemente criticada, según denuncias, por los presuntos malos manejos de los recursos.

En el pasado mes de mayo, la revista Semana reveló el caso de 20.400 millones de pesos “embolatados” para las ollas comunitarias La Guajira.

De acuerdo con Inés Mercedes Quintana de Gómez, representante legal de la Asociación de Madres Trabajadoras (Asomadoras) se firmó un convenio para 170 ollas comunitarias en ese departamento, pero la plata aún no aparece.