24/02/2024 | Por Javier Cabrera | La Nación

Lo que está pasando desde hace tiempo en el Partido Conservador de Colombia, habla de la crisis de principios que están viviendo varios partidos políticos en Colombia, en América Latina y el mundo. Pero, además, de la equivocada actitud de algunos políticos que están acabando con esa profesión, con la poca confianza de los ciudadanos en ellos y con la credibilidad, que tanto se requiere al momento de liderar y gobernar.

Ver esto en un partido de tanta tradición es lamentable. Creo que, Mariano Ospina y José Eusebio Caro, sus fundares en 1849, nunca pensaron que este partido se prestara para tanto manoseo, gracias a que algunos de sus dirigentes sacrifican principios y liderazgos por puestos y burocracia.

Ospina y Caro, nunca imaginaron que el descaro de su partido los llevara a hacer alianzas con la izquierda colombiana. Es más, ¿qué estaría pensando, el expresidente Misael Pastrana? Él, que en su momento llamó a la oposición reflexiva, durante el gobierno Barco, argumentando que, por principios, el Partido Conservador no podría ser, ni sería parte de un gobierno con pensamiento distinto y que esos principios no se cambiaban por puestos o contratos. Ningún conservador fue parte de ese gobierno. Tiempos en los que la palabra y la honra eran más importantes que la plata y los votos.

Este partido se des-Caro, los principios de Caro y Ospina se los `pasan por la galleta´. Durante años apoyaron diferentes gobiernos o aspiraciones presidenciales, buscando poder. Hoy vemos conservadores aspirando en las filas del Centro Democrático, de Cambio Radical y del Nuevo Liberalismo; estos últimos de origen liberal. ¡Válgame Dios! El expresidente Andrés Pastrana decidió desempolvar su Nueva Fuerza Democrática, antes de seguir en el Partido Conservador y Enrique Gómez, prefirió rescatar el movimiento de su padre para aspirar a la presidencia. Los dos conservadores de cuna y pensamiento. Es más, para no ir más lejos, en el Huila vemos conservadores que apoyan a candidatos liberales, solo por atajar aspiraciones conservadoras, y ganar puestos o poder.

El último des-Caro, de esa colectividad, fue la jugada bajo la mesa de algunos de sus Representantes a la Cámara —negociados con Petro—, que generó la renuncia del Senador Efraín Cepeda a la presidencia de la colectividad. Afortunadamente recapacitaron, la renuncia no fue aceptada y la cordura afortunadamente se recuperó.

Algunos pensarán que con esto se subsanan los errores del pasado, pero no. Necesitan mostrar más liderazgo y menos clientelismo, el daño es grande y recuperar la imagen perdida requiere de mucho más.