17/05/2024 | El Nuevo Siglo | Redacción Economía

Presidente del gremio, Jorge Bedoya, hizo a EL NUEVO SIGLO, un panorama del sector, señalando que el dato del crecimiento puede sonar atractivo pero hay que mirar la rentabilidad.

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El presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), Jorge Enrique Bedoya, dijo que si se afectan otros sectores de la economía y se pierde empleo, eso impacta en el consumo de alimentos. / @SAColombia

El presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), Jorge Enrique Bedoya, prefiere tener la calma para analizar los resultados del crecimiento del primer trimestre para los productores.

Como le dice a EL NUEVO SIGLO, más que el aumento en el crecimiento del sector agropecuario, dentro del cual están los agricultores, analiza la situación por el lado de la rentabilidad, y bajo ese contexto las cosas son a otro precio.

“El crecimiento como número puede sonar muy atractivo, pero para nosotros hay que mirar la película mucho más completa, con una cosa adicional que tal vez es lo más relevante: nos preocupa enormemente lo que está pasando con actividades que generan mucho empleo”, señala el dirigente gremial.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo analiza para el sector de los agricultores el resultado del PIB en el primer trimestre del año?

JORGE ENRIQUE BEDOYA: Para nosotros, más que el crecimiento, lo verdaderamente relevante es la rentabilidad del sector. Usted puede hablar de un crecimiento del 5,5 % con varios productos que crecieron y otros que decrecieron como en el caso del café, como el caso de la madera, como el caso de la pesca y la acuicultura, pero aun si uno mira los que decrecieron, eso también se ha correlacionado con una reducción de precios de algunos productos. Es el caso del huevo, de la leche al productor, y eso ha generado caída del IPC, como lo ha evidenciado el mismo DANE, y eso no es necesariamente bueno para el productor.

Los recursos

ENS: Lo que ha dicho el Gobierno de recursos de Finagro y de Findeter, ¿les está llegando a los pequeños productores?

JEB: Lo que pasa es que esas son platas del presupuesto del año 2024, entonces son cosas que vienen de un proceso normal de ejecución. El punto es cómo fortalecer incluso esos recursos y eso lo hemos dicho en todos los escenarios al Gobierno nacional. Es un tema de discusión con el Ministerio de Hacienda, porque el palo no está para cucharas, aquí es mejor prevenir que lamentar, sobre todo en función del impacto que el clima llegará a generar en la producción de alimentos, no solamente en este segundo semestre que ya se acerca, sino en el primer semestre del 2025.

ENS: ¿Qué otros factores han incidido en este periodo de crecimiento?

JEB: Cuando se ve el crecimiento entre enero y marzo, la empleabilidad del sector agropecuario se vio muy afectada, recuerde que los mismos datos daban cuenta de una pérdida de más de 200 mil trabajadores en la población ocupada rural, y por otro lado, marzo fue un mes con una ola de calor bastante fuerte y eso afectó varios productos, como en el caso de la papa. Entonces el crecimiento como número puede sonar muy atractivo, pero para nosotros hay que mirar la película mucho más completa y con una cosa adicional, que tal vez es lo más relevante que nos preocupa enormemente: lo que está pasando con actividades que generan mucho empleo, como el caso de la industria manufacturera, el sector de alojamiento y comidas, transporte y almacenamiento, y comercio inclusive, que generan mucho consumo de alimentos porque emplean a millones de trabajadores. Entonces lo que nos preocupa de este tema es que si esos sectores siguen en esa senda de mal comportamiento, se puede afectar la generación de empleo y si usted pierde empleos lo que va a terminar perdiendo es capacidad de compra y no solamente de diferentes bienes y servicios, sino particularmente de alimentos.

ENS: ¿Sin el impacto del fenómeno de El Niño se hubiera podido tener un mejor resultado?

JEB: Indiscutiblemente. El mejor ejemplo es que si se mirara por la lógica de ese fenómeno, la lógica del volumen del crecimiento de la oferta y del valor de la producción sería otra. Pero aquí el pasado es pasado, y lo que hay que mirar es hacia adelante. ¿De qué sirve tener un crecimiento de 5,5 % si después puede estar en riesgo si se cae el empleo en sectores que son consumidores de alimentos y que eso se termine devolviéndose a nuestros productores?

La Niña

ENS: ¿Ahora, con la llegada de La Niña, se van a afectar los precios?

JEB: La bolita de cristal nunca la hemos tenido. Pero obviamente uno empieza a mirar con preocupación ciertas zonas. Mire lo que ya pasó en La Mojana y Fedearroz anunciando a la ministra su preocupación por 6 mil hectáreas de arroz. Ayer estaba yo en el Urabá antioqueño y Augura nos mencionaba más de 2 mil hectáreas de banano que prácticamente se perdieron por inundaciones. Para nosotros, las inundaciones son pérdidas de cultivos o con problemas en las vías, o simplemente con que aparezcan enfermedades o que se reduzca la productividad o que por estar inundada la tierra no se puedan hacer las labores propias del cultivo. Entonces es muy temprano para decirlo, pero la preocupación es permanente. Vea lo que pasó en el estado de Mato Grosso del Sur, allá en Brasil, con los productores de soya, es muy complicado.

ENS: ¿Qué le dicen los productores agrupados en la SAC?

JEB: En la SAC tenemos 21 sectores que son de pequeños, medianos y grandes productores agrícolas pecuarios, exportadores, no exportadores, y al final del día la mayor preocupación de la gente es lo que ocurra con los otros sectores de la economía que están pasando un mal momento, si se pierden puestos de trabajo. Que no nos vaya a pasar lo que en la pandemia, guardadas las proporciones, cuando la gente se quedó sin trabajo y el consumo de comida se cayó y nosotros con una buena oferta de comida. Acuérdese de los productores de papa regalando ese producto en las carreteras. Si La Niña viene, como lo han dejado entrever y aquí empiezan a haber inundaciones como las que se vieron en Brasil, hay que hacer una disposición presupuestal para el aseguramiento de los predios que producen alimentos. Después esos productores, si terminan afectados, ¿cómo van a volver a producir en el año 2025? Entonces son muchas las cosas que se pueden hacer. Pero en particular si usted me dice escoja dos situaciones, le digo: una, que no se pierda el empleo y que se recuperen las actividades que son de consumidores, y dos que se den todas las medidas de apoyo financiero ante la eventualidad de que La Niña termine pasando una cuenta de cobro a nuestro sector.

La subida de precios

Ya hay algunos productos que están subiendo de precio. ¿Esto va a continuar este año?

Lo que le diga exactamente es mentira, porque si uno dijera listo se fue el fenómeno de El Niño y llegamos a una condición de normalidad, de pronto le diría que eso se normalizaría, pero como empezó a llover muy duro y con El Niño se retrasaron las labores de siembra, habrá que ver qué termina ocurriendo con las lluvias, si resultan beneficiosas o por el contrario hay una saturación de agua en los suelos que termine perjudicando esas siembras que se retrasaron. Obviamente las lluvias no están afectando a todo el territorio colombiano, entonces toca evaluar esto día de por medio para mirar el impacto real en lo que puede ser oferta de alimentos, ver qué pasa con el consumo a propósito del empleo y a través de ese balance ya uno podría saber qué puede pasar con los precios de la comida en este país.