28/05/2024 | Por Martín Alonso Pinzón

Con la firma por parte de los negociadores del actual desgobierno y del representante del ELN se ha firmado en Caracas el sábado 25 de mayo un documento que es una gran trampa para nuestra democracia. Ese peligroso artilugio, el cual es realmente una bomba de tiempo que explotara en la Constituyente anunciada por el Presidente Petro, y redactado con un estilo de aparente corrección política, a imitación de los escritos del neo-marxista italiano Gramsci, con el fin de seducir a ingenuos nacionales y extranjeros, y capturarlos como moscas so pretexto de avanzar en el Plan de la Paz Total y adoptar las acciones y métodos del presunto Comité Nacional de Participación. Se trata también, en un probable alarde propio de la imaginación social y política del senador Cepeda, de fijar y definir los ejes temáticos esbozados o tratados en los llamados “pre-encuentros“, palabreja que literalmente significa antes o previamente de los “encuentros” que los armadores de la trampa dicen que fueron 78, de los cuales 19 celebrados en distintas cárceles y con total de 8.565 participantes. Es probable a los encuentros o pre-encuentros carcelarios haya concurrido el senador Cepeda, quien por otros motivos ha visitado tales establecimientos y conversado con varios de quienes los habitan por mandato judicial.

Desconocemos las materias, propuestas e iniciativas evacuadas en los tales “pre-encuentros y encuentros” (sic) que se presentan en el documento de Caracas como un ejemplo de la aplicación de los mecanismos de participación democrática y de la de la sociedad en las negociaciones para la paz, a los cuales el ELN otorga gran importancia. Es probable que haya algunas actas o conclusiones de tales reuniones y cabildos abiertos. Es menester recordar aquí que los mecanismos de participación democrática o la llamada democracia popular contemplados en el artículo 103 de la Constitución de 1991 están regulados por las leyes estatutarias 133 y 134 de 1994. La realización de cabildos está sometida a ciertas formalidades y requisitos desde sus antiguos orígenes y sirve para estudiar soluciones a problemas de las comunidades y municipios o al ejercicio colectivo del derecho de petición de conformidad con la doctrina y la jurisprudencia.

Pero la trampa articulada y firmada en Caracas contiene un oculto escorpión cuyo veneno fluye al declarar la Mesa de Negociadores firmantes que los acuerdos consignados en relación con las transformaciones sociales, económicas y políticas son de obligatorio cumplimiento, es decir, vinculantes y deberán convertirse en políticas públicas, programas y proyectos que se articularán con el Plan Nacional de Desarrollo y los planes departamentales y municipales.

¿Cuáles son los ejes temáticos de la trampa? Son: un nuevo modelo económico que supere las desigualdades, la política ambiental, la educación y la cultura. El nuevo sistema económico con otras formas de producción a las actuales propuesto por la gran trampa de Caracas es un modelo que destaca el papel del Estado y “su responsabilidad social para superar la desigualdad y el modelo especulativo y monopólico depredador del ambiente.“ Aquí vemos inoculada en el veneno del escorpión una dosis de la receta estatista de la economista Mazzucato tan apreciada y no bien digerida por el metabolismo intelectual del Presidente Petro.

No existe en la Trampa comentada ninguna alusión a la reparación de las víctimas, ni al compromiso del ELN de eliminar la práctica del secuestro, ni a la aplicación de la justicia a los criminales responsables de este delito de lesa humanidad, ni a otros delitos de la misma gravedad como la utilización de menores de edad en las acciones violentas y actividades ilícitas de los grupos armados ilegales. La trampa omite también aclarar que los nuevos modelos de producción deben respetar la libertad económica consagrada en el artículo 333 de la Constitución de 1991. Es obvio que la transformación o sustitución del actual modelo económico de libre empresa, respetuoso de la libertad económica dentro de los límites del bien común, por una economía estatista cuyas orejas de burro asoman ya con las reformas planteadas por el Presidente Petro, exige una reforma constitucional. Por tanto, la Trampa firmada en Caracas atrapara a ingenuos y secuaces de la izquierda radical, pero no al país de la libertad económica, de la libre empresa, de la iniciativa privada y del derecho de propiedad. Y es obvio también que la firma de tal documento en Caracas no tiene ninguna supremacía sobre nuestro actual ordenamiento constitucional y legal y menos para afectar algunas de las libertades garantizadas por la democracia.

Estamos advertidos, por tanto, que esta ruta de la pseudo paz, con una guerra en el Cauca y otras regiones del país, que desplaza y mata inocentes no involucrados en el conflicto, es una trampa para construir un camino, jalonado con hitos y mojones populistas, que conduzca a una Constituyente concebida por fuera de los mecanismos y procedimientos previstos en la Constitución y permita la continuidad de un régimen de desgobierno, corrupción y discordia.