30/05/2024 | Por Martín Alonso Pinzón

El Ministro de Hacienda no puede eludir su responsabilidad en el descontrol del gasto fiscal y en los giros de dineros a la Dirección de Riesgos y Desastres. El Ministerio de Hacienda ha girado 700 mil millones de pesos a esa entidad que es la Dirección del Desastre Ético y Fiscal del actual desgobierno. El país ha conocido recientemente los escándalos de corrupción confesados por el ex Director y el Sub Director de esa corrupta entidad.

Pero el descontrol del gasto fiscal ha alcanzado niveles inusitados, pues ha aumentado en un 20 por ciento mientras el recaudo de impuestos sólo ha crecido un 6 por ciento. Ante este déficit fiscal el Ministro Bonilla en vez de practicar una sana política de real y efectiva austeridad y reducción del gasto de funcionamiento con un plan de disminución del tamaño del Estado y de la burocracia, ataca la regla fiscal y opta por la solución de un mayor endeudamiento del Estado.

Y adicionalmente a lo anterior, como la Caja del tesoro público está exhausta, solicita con urgencia elevar un nuevo cupo de endeudamiento por 17 mil millones de dólares para pagar la deuda pública.

La responsabilidad del descontrol del gasto fiscal la comparte el Ministro de Hacienda con los entes de control, como la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía. Es tal el descontrol que son los mismos funcionarios corruptos despedidos, quienes al ser descubiertos, salen a escandalizar al país con sus confesiones de sobornos y actos de corrupción en la contratación pública.

La Contraloría no ejerce un real y efectivo control del uso y abuso de los dineros públicos. Existe esa ineficiente Contraloría General solo como un costosísimo Leviatán de la burocracia recomendada en gran parte por los congresistas que eligen al Contralor y por los políticos que medran a la sombra del actual Régimen de complicidades.

Como el Presidente del desgobierno está en campaña desenfrenada en pro de su funesto plan de una Constituyente por fuera del orden constitucional, es muy probable que el gasto y el abuso de los recursos públicos crezcan aún más. Y como la Caja Fiscal está casi vacía, los activistas y secuaces del desgobierno van por los recursos de la salud, en plena crisis del sistema, y por los fondos de las pensiones.

Este es el oscuro panorama fiscal del país bajo el desgobierno del llamado Pacto Histórico, que abriga en su seno una pandilla de asaltantes del tesoro público.