17/06/2024 | Por: Mauricio Botero Caicedo | Las2Orillas

Los populismos manipulan la Constitución. El populismo es una estrategia política para llegar al poder y para permanecer en él”: Allen Brewer-Carías en Hay 2020

No es Allen Brewer-Carías un aparecido. Profesor emérito de la Universidad Central de Venezuela, Brewer-Carías cuenta con una obra extensa que abarca la publicación de más de 200 libros y 1.200 artículos académicos. Brewer-Carías fue presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Venezuela y ha sido reconocido como miembro honorario por academias de numerosos países de Iberoamérica, vicepresidente de la Junta Directiva del Instituto Interamericano de Derechos Humanos y profesor visitante de las universidades de Cambridge y de Columbia.

En torno al Hay Festival en Cartagena en el 2020 el reconocido periodista de BBC Mundo, Ángel Bermúdez, le hizo a Brewer-Carías una entrevista, conversación que en estas épocas en que diferentes actores —incluyendo un par de saltimbanquis que tuvieron mejores días y que producen más risa que miedo— proponen un cambio expedito de la Constitución con el peregrino y espurio argumento que este cambio está permitido por los Acuerdos de La Habana, acuerdos que, según ellos, hacen parte integral de la Constitución.

La siguiente es la versión resumida de dicha entrevista:

BBC Mundo: Usted ha dicho que la Constitución es la primera víctima de los populismos. ¿A qué se refiere?

Brewer-Carías: A que los populismos manipulan la Constitución. El populismo es una estrategia política para llegar al poder y para permanecer en él. Los movimientos populistas, al menos en el mundo reciente y en América Latina, han llegado al poder a costa de la Constitución: convocando asambleas constituyentes, pretendiendo ir a la voluntad popular directamente en contra de las constituciones y luego aprobando cartas magnas que han establecido mecanismos que debilitan los elementos fundamentales de una Constitución. Estos movimientos populistas al llegar al gobierno eliminan el principio de la separación de poderes y convierten al Tribunal Supremo en un instrumento a su servicio, sin que pueda haber realmente control entre las instituciones. Los derechos empiezan a ser reconocidos solo para un grupo y usan el sistema legal para perseguir a los otros, que quedan excluidos y a los que generalmente consideran como un enemigo al que hay que eliminar, porque los movimientos populistas son generalmente maniqueos. Además, cierran los medios de comunicación privados y acaparan los públicos. Prohíben y restringen las ONG. Crean movimientos sociales fieles. Utilizan mecanismos previstos en la Constitución para destruir las bases democráticas de la propia Carta Magna. La Constitución es la primera víctima porque deja de ser la norma suprema y cesa como la fuente de los derechos, que son manipulados por los populistas. De ahí que se pueda hablar de ese populismo constitucional, que es la deformación de la Constitución por estos movimientos populistas que hemos tenido en América Latina en las últimas décadas.

BBC MundoUsted dice que esta toma del poder por parte de los populismos se hace a través de procesos constituyentes. Entonces, ¿considera negativos los procesos constituyentes o no?

Brewer-Carías: Depende de cómo se los convoque. Usted tiene un caso de una Constituyente convocada sobre la base de un acuerdo político de todas las fuerzas, como fue la de Colombia en 1991, que fue importantísima porque redefinió el proceso político en ese país. En cambio, en las otras experiencias que tuvimos se forzó el proceso. Apelando a la representación popular se rompió el principio de la supremacía constitucional, como fue en el caso de Venezuela en 1999. Allí se hizo una convocatoria contra la Constitución sin ningún tipo de consenso político y con un mecanismo electoral que provocó que la Constituyente, en lugar de ser un mecanismo para conciliar y establecer por consenso un nuevo sistema político, fue una institución manejada en el 99 % por los seguidores de Chávez, que impusieron una sola voluntad.

Ese esquema se repitió luego en Ecuador y en Bolivia. En estos tres casos ocurrió mediante la influencia que tuvieron unos profesores españoles que fueron a vender la idea de lo que han llamado el nuevo constitucionalismo que justamente plantea hacer prevalecer la soberanía popular sobre la supremacía constitucional. La Constitución en ese esquema pierde importancia y valor.