Medellín, 25/05/2024 | Por Rafael Uribe Uribe y hermanos. | ruu34@yahoo.com

Nota de la dirección de La Linterna Azul: Nos honra presentar a nuestros lectores la carta abierta que dirigen a Petro los descendientes del General Rafael Uribe Uribe, para protestar por sus afirmaciones, indignas y carentes de todo fundamento, en relaciòn con las actuaciones de su ilustre antepasado, uno de los grandes personajes de nuestra historia.


Señor presidente Petro, le agradeceríamos no utilizar el nombre de nuestro abuelo, el General y Pensador Rafael Uribe Uribe, por respeto a la grandeza de un prócer de la patria.

Su mención sobre el rescate de cuerpos de la guerra de los mil días en Panamá tiene errores que nos obligan a precisar algunos hechos históricos:

  1. Rafael Uribe Uribe no fue un revolucionario en el sentido que usted pretende, si participó en varias guerras civiles de los siglos XIX y XX en defensa de los postulados de su partido, pero de ninguna de ellas fue el incitante. En la de los mil días, concretamente, era el cuarto al mando bajo las órdenes del generalísimo Gabriel Vargas Santos y los generales Foción Soto y Benjamín Herrera a quienes debía reportarse, tampoco promovió esa confrontación. Fue el liberal Pablo Emilio Villar quien los días 11 y 13 de noviembre de 1899 inició un ataque improvisado a Bucaramanga contra el pensamiento de Vargas Santos y Uribe. Rafael Uribe se vio obligado a unirse a la guerra más tarde en defensa de su honor militar. Diferente es que por su arrojo, valentía, capacidad de organización y caballerosidad en la guerra, fuese el más frecuentemente mencionado. Sin razón se la atribuye una jefatura que jamás desempeñó.
  2. El socialismo de Uribe Uribe era totalmente opuesto al suyo, este aparte de uno de sus discursos sobre el tema lo aclara: “No soy partidario del socialismo de abajo para arriba que niega la propiedad, ataca el capital, denigra la religión, procura subvertir el régimen legal y degenera, con lamentable frecuencia, en la propaganda por el hecho; pero declaro profesar el socialismo de arriba para abajo, por la amplitud de las funciones del Estado en la forma precisa que paso a expresar…” Valdría la pena que lo leyera completo.
  3. Uribe Uribe pronosticó el peligro de la separación de Panamá años antes de su ocurrencia y, con el propósito de evitarla, sostuvo en Estados Unidos una nutrida correspondencia y varias reuniones con el Ministro Plenipotenciario Carlos Martínez Silva; publicó un Manifiesto de Paz con el propósito de terminar la guerra, aunque pese a las recomendaciones del embajador Martínez el presidente José Manuel Marroquín se negó rotundamente a analizarlo, por el contrario, expidió la siguiente instrucción al embajador: “Pídase la extradición de Uribe Uribe para juzgarlo por ladrón y asesino.”
  4. El Dr. Carlos Adolfo Urueta en representación y a nombre del General Uribe participó en la redacción final del tratado de paz de la hacienda Nederlandia que se firmó el 24 de octubre de 1902, pero el ministro de guerra imparte esta orden al general Juan B, Tobar: “Sírvase disponer que inmediatamente se juzgue a Uribe por un consejo verbal de guerra y que a la sentencia se le dé cumplimiento sin contemplación alguna.” El general Tobar le responde al ministro: “He ganado la espada que llevo al cinto combatiendo lealmente en los campos de batalla, prefiero romperla en mi rodilla que mancharla con la sangre mal derramada y la violación de la palabra que en nombre del gobierno he comprometido.” Esta es la gran diferencia de comportamiento entre dos grandes adversarios y lo que hoy sucede en su gobierno. Queda claro también que no estaba Uribe en Panamá, allí la lucha estaba a cargo del general Benjamín Herrera quien participó en la firma del acuerdo en el acorazado Wisconsin el 21 de noviembre de 1902, mientras que, informado Uribe de la firma, expresó, “Lo hemos suscrito en la casa del león”. Es injusto que se endilgue a Uribe la separación de Panamá y figure en la declaración del gobierno actual como participante en las muertes de los “revolucionarios” liberales que pretende rescatar.

Nosotros, nietos del Pensador y General Uribe del que orgullosamente llevamos sus mismos apellidos, no aceptamos que el nombre de uno de los hombres más brillantes de nuestra patria, “Apóstol Paladín y Mártir”, reconocido nacional e internacionalmente, se utilice para compararlo con cualquier oscuro guerrillero y que los héroes liberales que ofrendaron su vida en defensa de los ideales de su partido y en defensa de la patria, diferentes a los de hoy que venden su conciencia, se equiparen a vulgares “revolucionarios”.

El derecho por mínimo que sea debe prevalecer sobre la conveniencia, por grande que parezca.” General Rafael Uribe Uribe

El Rincón de Dios

El rey con la justicia afianza la tierra, pero el hombre que acepta soborno la destruye. Proverbios 29:4