9/03/2024 | El Colombiano | Por Santiago Ángel Rodríguez

López, quien llegó al cargo cuestionando a los técnicos con el respaldo del presidente Gustavo Petro, llevó a varios congresistas al DNP en sus primeros días en la dirección. Hay incertidumbre sobre lo que vendrá.

Description: Alexander López llegó al DNP la última semana con la intención de adelantar las políticas públicas del presidente. Hay incertidumbre para técnicos de la entidad. FOTO Cortesía
Alexander López llegó al DNP la última semana con la intención de adelantar las políticas públicas del presidente. Hay incertidumbre para técnicos de la entidad. FOTO CORTESÍA

El pasado jueves 7 de marzo hubo un desfile de camionetas Toyota blindadas y esquemas amplios de seguridad en la carrera 13 con calle 26. Esa es la sede del Departamento Nacional de Planeación. Sucedió un solo día después de que Alexander López se posesionó en la Casa de Nariño como nuevo director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), en medio de críticas de varios sectores que lo cuestionan por no ser economista y no tener experiencia suficiente en política pública.

“Yo no soy economista ni aspiré a serlo, porque las matemáticas me dieron muy duro, es la verdad, siendo estas la primer ruta o el primer camino para avanzar, para entender esa ciencia tan compleja. Pero conozco abajo, a donde se tiene que dirigir la política pública. Quiero ver a solo uno de esos cuadros que reposan en Planeación Nacional que conozca este país como yo lo conozco; que conozca las tragedias del pueblo colombiano como yo las conozco”, dijo López en un homenaje previo a su posesión en el Congreso que le hicieron sus compañeros del Pacto Histórico.

López es abogado de la Universidad de Buenaventura y tiene una especialización en Política Pública de la Universidad Javeriana y Jorge Tadeo Lozano, de acuerdo con su hoja de vida de Congreso Visible. Fue elegido senador por la lista del Pacto Histórico, pero el Consejo de Estado anuló su elección en noviembre de 2023 por haber apoyado la candidatura de un candidato a la Cámara de Representantes por el Partido Verde en Santander, lo que se configuró como doble militancia.

El desfile de camionetas no obedecía al esquema del exsenador, sino a los escoltas de sus colegas, los senadores María José Pizarro y otros, junto a gobernadores y alcaldes que un día después ya estaban visitando las oficinas de Planeación en el piso 15, donde se ubica la sala del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES), y el piso 32, el nuevo despacho de López, que antes correspondió a algunas de las personas más connotadas de la economía colombiana: Jorge Iván González, Luis Fernando Mejía, Gloria Alonso, Luis Alberto Rodríguez, Alejandra Botero, Santiago Montenegro, Juan Carlos Echeverry y José Antonio Ocampo, entre muchos otros.

EL COLOMBIANO conoció detalles de los primeros días de la agenda de López al frente del DNP, que ayudan a entender cuál será la ruta para la entidad más importante del Estado en la creación de política pública para los próximos tres años. El 7 de marzo el director llamó a los subdirectores y tomadores de decisiones a una reunión para empezar a materializar un “Plan de choque a compromisos del Gobierno”.

La idea fue estructurar un plan de acción para tener resultados qué mostrarle al presidente Gustavo Petro en el corto plazo. Ahí ya hay un primer ruido porque quienes conocen de política pública entienden que las implementaciones pueden tardarse entre 6 y 10 años para poder medir los resultados. Sin embargo, López quiere ya llevar las ideas del Plan de Desarrollo al territorio para que el presidente pueda ver en hechos reales varias de sus apuestas de transformación.

Ese día, los funcionarios del DNP estaban en una incertidumbre difícil, luego de todos los mensajes contra los técnicos que llevan años formándose en el sector Hacienda y que hoy son los formadores de política pública de la entidad. A esa jornada para exponer el Plan de choque, asistieron algunos representantes de sindicatos y otros líderes de comunidades indígenas. Estuvieron presentes también todos los viceministros y jefes de planeación de las entidades del Gobierno. Uno de los retos de López será poder articular las agendas de los ministerios, luego de que en un foro con otros exministros, su antecesor, Jorge Iván González, cuestionó los planes del Gobierno y dijo que era problemático que el gabinete hoy estuviera compuesto por activistas. “Es increíble ver cómo se pasa de un consejo de ministros de gobernantes, a un consejo de ministros que cada vez es más de activistas y eso es brutal. ¿Qué es más importante, la palabra del presidente o los artículos del Plan de Desarrollo? Esa es mi pregunta angustiosa”, dijo González con un tono vehemente en un foro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas.

Y, agregó, “de pronto vamos a caer en un activismo que destruya lo que potencia una transformación”.

En su cuenta de Twitter, el DNP publicó una lista de puntos a cumplir en el llamado plan de choque que López se trazó: “el plan de choque del DNP busca definir las metas del plan Marco de implementación, concluir el proceso de definición de fichas técnicas de los indicadores, actualizar el registro de avances de las metas, identificar alertas para cumplir las metas del Gobierno”.

De otro lado, una fuente que prefirió permanecer en reserva, dijo que la llegada de López hizo que se pausara una serie de renuncias que estaban sobre la mesa con el encargo de Daniel Rojas, director de la Sociedad Activos Especiales (SAE) y quien estuvo a cargo del DNP desde la salida de González. Una de esas renuncias fue la del subdirector general de Descentralización y Desarrollo Territorial, Higo Guerra. “Puso su renuncia por el pobre avance del catastro multipropósito, que se supone es prioridad del presidente”, señaló la fuente. Su carta no ha sido aceptada por Palacio.

En esa primera reunión del plan de choque, además de varios congresistas de la bancada del Pacto Histórico, estuvieron también alcaldes de Bolívar, Magdalena y Sucre.

Preocupación por las regiones

Otro de los asuntos que preocupa a los diseñadores del DNP es lo que va a pasar con las regiones. “La línea del presidente es clara y es desconcentrar la inversión pública en territorios como Bogotá y Antioquia para que lleguen a los territorios más olvidados”, dijo otra fuente dentro de la institución a este periódico.

Eso no sería extraño dados los mensajes enviados por el mandatario. Uno de ellos fue el del decreto de yerros para el presupuesto nacional, que terminó corrigiéndose a última hora —aunque persisten dudas— y que le permitía al jefe de Estado disponer de un presupuesto de alrededor de 13 billones de pesos para redefinir la inversión pública, a pesar de que se trataba de proyectos de gran envergadura que ya tenían recursos asignados, justamente en regiones como Antioquia y Bogotá.

En Planeación hay dos alertas más. La primera es que aún existe una crisis de personal porque hay centenares de contratistas por prestación de servicios, muchos de ellos implementados de política pública, que no están contratados o a los que no les han definido si les renuevan o no el contrato. La otra es que la orden de López fue revisar todos los programas y proyectos para priorizar cuáles siguen y cuáles se van, con el criterio de los que se ajusten más a los deseos de Casa de Nariño y los que puedan demostrar resultados en los próximos meses. Así las cosas, hay quienes dicen dentro del DNP que el objetivo de López es satisfacer al presidente, y no necesariamente al propio Plan Nacional de Desarrollo.