16/03/2024 | Por José Gregorio Martínez | PanAm Post

La Cancillería del régimen chavista informó que ya se encuentra en Rusia una misión de observación electoral conformada por funcionarios del CNE y diputados del PSUV

Entre los observadores electorales chavistas enviados a “verificar el proceso” de las presidenciales en Rusia están los diputados del PSUV Pedro Carreño y Jesús Faría. (Cancillería régimen venezolano)

Si algo le faltaba a las elecciones presidenciales rusas para terminar de ser una farsa era la participación de una comisión chavista como parte de los observadores internacionales. Lo que parece un mal chiste es una realidad. La Cancillería del régimen de Nicolás Maduro informó que una misión de observadores venezolanos compuesta por funcionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE) y diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está en Moscú cumpliendo la labor de “verificar el proceso electoral”.

La comisión está conformada por el rector suplente del CNE, Imad Saab; el director general de Operaciones Electorales, Douglas Cáceres; el director de Protocolo y Relaciones Institucionales, John Salazar; así como por los diputados de la Asamblea Nacional chavista Pedro Carreño, Jesús Faría y Mario Castillo.

“Los acompañantes internacionales para los comicios presidenciales de 2024 en Rusia tendrán la oportunidad de verificar el proceso electoral en diferentes centros de votación”, indica una nota de prensa de la Cancillería chavista en la que se añade que el embajador venezolano ante la Federación rusa, Jesús Rafael Salazar Velásquez, encabeza la misión de observadores venezolanos invitados a las elecciones presidenciales de Rusia que se celebran entre el 15 y 17 de marzo.

Adicionalmente, los observadores chavistas “asistirán a una conferencia sobre Soberanía Electoral y Estándares internacionales”. Causa particular indignación el último punto, pues resulta irónico hablar de estándares internacionales en materia electoral en países como Rusia y Venezuela, donde los opositores son encarcelados e inhabilitados para impedirles participar en elecciones. Mientras Vladímir Putin envió a prisión al principal opositor ruso, Aléxei Navalni, quien murió en circunstancias aún no aclaradas, Nicolás Maduro mantiene una inconstitucional inhabilitación contra la candidata antichavista electa por una abrumadora mayoría en las primarias opositoras del 22 de octubre, María Corina Machado.

El mismo libreto

Por si esto no era suficiente, el CNE al servicio del régimen venezolano hizo una apresurada convocatoria para las presidenciales totalmente a la medida de los intereses de la dictadura. Cuidando cada detalle simbólico del chavismo, el anuncio se hizo el 5 de marzo, fecha en que se conmemora el fallecimiento de Hugo Chávez, y los comicios fueron pautados para el 28 de julio, día de su nacimiento. Además, el ajustado cronograma obstaculiza la inscripción masiva de nuevos votantes —sobre todo en el exterior—, limita la observación internacional y pone a las fuerzas opositoras en la difícil situación de definir qué hacer frente a la inhabilitación de Machado en tan solo 20 días contados a partir del anuncio.

Pero como en estos regímenes lo que sobra es sarcasmo, muy probablemente Putin le devuelva el favor a Maduro dentro de cuatro meses con el envío de una misión electoral rusa a Venezuela para “verificar el proceso” de votación. Mientras tanto, los chavistas que hoy se encuentran en Rusia forman parte de los 706 observadores internacionales de 106 países que el Kremlin presenta como garantía de la transparencia en este proceso en el que ya ha habido arrestos de electores por manifestar que votarían por otro candidato, pese a que solo hay tres aspirantes sin posibilidad de triunfo que hacen comparsa a la farsa montada por Vladímir Putin para garantizarse un quinto mandato.