20/03/2024 | Por José Francisco García M.

Klemens von Metternich, retrato por Thomas Lawrence.

En el primer artículo de esta serie hablamos de la Revolución, y la definimos como “el proceso de subversión total y profundo del orden político, social, económico y cultural legítimo de Occidente, y su reemplazo con un desorden dictatorial, opresivo, igualitario, ilegítimo y destructor”. En el segundo artículo de la serie hablamos de la Contrarrevolución, y la definimos como “aquellas fuerzas sociales, culturales y políticas que buscan restaurar el orden legítimo, volver a la unión del Trono y del Altar, defender la Iglesia Católica y su doctrina, y combatir a la Revolución, en todas sus manifestaciones”. En este tercer y último artículo de la serie hablaremos del Héroe, del Pseudohéroe y el Antihéroe.

Los conceptos de Héroe, Pseudohéroe y Antihéroe vienen de Thomas Molnar. Escritor católico y contrarrevolucionario, autoproclamado seguidor de Charles Maurras, nació en Hungría en 1921, y emigro primero a Bélgica, para después pasar a los EE. UU. Hizo su PhD en Columbia, y vivió en EE. UU. hasta su muerte en el año 2010. Es autor de más de 40 libros en inglés, francés y húngaro, no solo de temas políticos, sino también religiosos y culturales.

Molnar, en su libro “La Contrarrevolución”, publicado en 1969, desarrolla tres conceptos fundamentales a la hora de entender los tipos de líderes que es posible encontrar dentro de la contrarrevolución, y por extensión la Derecha política.

El primer tipo humano es el Héroe. El Héroe personifica en sí mismo el espíritu de la Contrarrevolución, y hace suya la lucha contra la Revolución. Tanto en su esfera personal como pública el Héroe encarna los principios, valores e ideales de la Contrarrevolución, lucha activamente por ellos, y no los abandona al llegar a una posición de Poder político. Al contrario, una vez ha obtenido algún tipo de Poder, el Héroe empieza a poner en práctica la Contrarrevolución, y a combatir activamente la Revolución. Ejemplos de este tipo humano del Héroe son el Monarca restaurador del Siglo XIX, o el hombre fuerte del siglo XX.

El segundo tipo humano es el Pseudohéroe. Este tipo es la primera forma de corrupción o degradación del Héroe. Este hace suyas las banderas de la Contrarrevolución, y dice combatir a la Revolución. Sin embargo, su vida y sus obras no son acordes a su discurso contrarrevolucionario. Una vez ha obtenido alguna forma de Poder, el Pseudohéroe empieza a cambiar sus posiciones de acuerdo con los vientos y mareas de la opinión pública, y en general se ablanda y cede terreno a la Revolución. Molnar da 3 ejemplos de Pseudohéroe: De Gaulle, Pablo VI, y Nixon. De Gaulle se declaraba enemigo de la separación de Argelia, y cuando obtuvo el Poder su primer acto fue entregar dicho territorio a los secesionistas. Pablo VI hablada del humo de Satanás dentro de la Iglesia, pero fue continuador y cómplice del Concilio Vaticano II, y por ende del inicio del fin de la Iglesia Católica. Nixon se decía enemigo del Comunismo, pero permitió que Vietnam (y una parte de Asia) cayeran en manos de regímenes comunistas.

El último tipo humano es el Antihéroe. Este es la completa degradación y antítesis del Héroe. Es un ser pragmático (en el mal sentido de la palabra), amoral, y sin escrúpulos. Usa al pueblo como un medio de obtener el poder político. Utiliza de manera muy superficial algunas banderas de la Contrarrevolución, especialmente un anticomunismo superficial y primario o una defensa aparente de la familia, como gancho para pescar el apoyo de dicho sector. Una vez en el Poder ni siquiera se esfuerza por llevar a la práctica la Contrarrevolución, y en el mejor de los casos solo hace un ataque superficial a algunos aspectos concretos de la Revolución. Un ejemplo de Antihéroe sería Donald Trump, quien usó un discurso antinmigración, un anticomunismo superficial, y una defensa aparente de la institución familiar para acceder al Poder, y una vez entronizado no hizo gran cosa por llevar a la práctica este discurso.

Como se observa, conforme avanza el tiempo el tipo humano de líder se degrada progresivamente. Los Héroes desaparecen, y llegan los Pseudohéroes. Los Pseudohéroes, a su vez, se hacen a un lado y llegan los Antihéroes. Y es así como la Revolución ha triunfado.