29/03/2024 | CubaNet | Por Yadira Serrano Díaz

Desde hace meses, en Songo La Maya no reciben mucho más que el arroz, el azúcar y los granos de la canasta básica. En octubre pasado un hombre de la localidad murió de hambre, relataron los vecinos a CubaNet.

SANTIAGO DE CUBA, Cuba.- Dayana Boris vive en el municipio Songo La Maya, Santiago de Cuba, específicamente en la zona conocida como Patrocinio, un poblado que aunque es de los más cercanos a la cabecera municipal, está entre los más empobrecidos. Ella es doctora, y junto a su familia siempre han radicado allí porque de alguna manera subsistían, pero a raíz de que empeorara la situación económica del país, dijo, “el hambre les ha tocado la puerta”.

“Hace unos años era difícil, pero se podía vivir más o menos, los campesinos cosechaban su poquito para abastecernos, el pan no faltaba mucho y lo que no aparecía, salíamos a comprarlo fuera. Pero ya eso cambió. No hay nada, ni animales se ven por los robos y los agricultores se han decepcionado porque el Estado no les paga. Aparte, desde hace meses traen los mandados a la bodega cuando quieren y lo que quieren”, explicó Dayana Boris a CubaNet.

Si bien los retrasos de la canasta básica son una constante a nivel nacional, en los campos la situación es más delicada. Según varios entrevistados por este medio, desde hace meses no reciben mucho más que el arroz, el azúcar y los granos. En cuanto al pollo, picadillo, aceite y productos de aseo, la realidad es que “lo llevan cuando se acuerdan” y no tienen forma de reclamar. Además, en Patrocinio, así como en poblados aledaños, aunque continúan dando leche de vaca, ahora mismo es insuficiente a la demanda, debido a los altos índices de sacrificio de ganado mayor en el territorio. Otros, como las compotas o inclusive los módulos especiales para infantes, allí no llegan.

Miriannis Díaz se vio obligada a censar a su hija de cuatro años en la cartilla de abastecimiento de sus familiares en La Maya, para que por lo menos recibiera leche en polvo y compotas con cierta regularidad. “La tuve dos años censada en mi libreta pero no traen nada donde vivo. La leche fluida, por ejemplo, no me escaseaba hasta que nos robaron las vacas en 2022. Desde que la puse con mi tía, le dan leche en polvo cuando hay, pero es más que nada”, contó la mujer.

“El mes pasado mi tía me llamó porque dieron unas galletas dulces y 10 días de leche a los niños. Me sorprendí porque aquí en Ti Arriba, donde vivo, no les tocó. Yo me pregunto: ‘¿por qué esa discriminación? ¿Acaso los niños del campo no merecen nada, no son importantes?’”, cuestionó.

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Cuota de pollo y leche para niños en marzo, en La Maya. (Foto de la autora)

Reportes recientes del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), publicados en su canal de YouTube, corroboran las denuncias de las entrevistadas. En los balances, el organismo ofrece detalles sobre el completamiento de la canasta familiar normada, no solo de marzo, sino también de meses anteriores, en provincias como Santiago de Cuba y Guantánamo. Cabe destacar que los poblados más afectados con los retrasos, son justamente los de difícil acceso.

“Los próximos días también se completará el aceite de febrero en Baracoa, Yateras, Manuel Tames y el Salvador, sobre todo en comunidades de difícil acceso, que requieren transporte de montaña”, reza el reporte del 14 de marzo.

En cuanto a Santiago de Cuba, de acuerdo con un video del pasado día 18, las localidades rurales del municipio Contramaestre están entre las menos favorecidas, pues hasta este mes se pudo completar la entrega de todo el arroz (siete libras) y los suplementos de enero y febrero. Sin embargo, productos como el aceite aún se encontraban desfasados y la leche es el renglón “con más dificultad”.

“El producto que creo tiene más dificultad en este momento es el producto leche, que ha sido afectado a los niños de diferentes grupos etarios. El grupo etario de uno a siete años en la zona rural ha sido el más afectado, que desde el 10 de febrero no recibe leche”, admitió la funcionaria entrevistada.

Los ancianos y las personas con discapacidad son más vulnerables en el campo

A la par de los más pequeños de casa, los ancianos y personas con discapacidad de comunidades campestres también padecen la crisis en mayor medida. No es menos cierto que la pobreza es una realidad generalizada en Cuba, pero es sabido que en estos territorios las personas viven a expensas de la poca actividad agrícola que se realiza y de los productos normados. Tanto es así que ni siquiera es necesario pesquisar lugares intrincados para constatar lo antes expuesto.

En octubre de 2023, un hombre con trastornos mentales “murió de hambre” en La Maya, según dijeron algunos vecinos a CubaNet. “El loco”, como popularmente lo llamaban, era muy conocido en el poblado porque vivía con su hermano, igual con discapacidad, frente a la sede del Poder Popular Municipal. Si bien no sabían su nombre, una de las fuentes compartió imágenes con nuestra redacción donde se le veía muy desnutrido, mientras aguardaba por una pizza en un kiosco particular. Días después lo hallaron muerto en su casa.

“Yo fui quien le compró la pizza el día de la foto, de hecho, yo mismo se la tomé, ni sé por qué. Recuerdo que me dijo: ‘cómprame algo que tengo hambre’. Así se la pasaba, pidiendo comida o dinero para comprar. Aunque siempre estaba en la calle, ninguna autoridad se conmovió de su situación, pues ellos son huérfanos. El gobierno solo les remodeló la casa porque está al frente del Poder Popular y en la fachada, pero más nada”, nos confesó un vecino, bajo anonimato.

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Hombre que murió de hambre. (Foto: Cortesía)

En la misma barriada, a diario deambulan ancianos por las calles en similar situación, lo mismo enfermos mentales o alcohólicos, que personas mayores pidiendo comida a los transeúntes. Últimamente, algunos se dirigen a los pocos centros gastronómicos privados existentes para pedir las sobras de comida.

“La mayoría de las veces no tengo para pagarle un plato, así que les dejo coger las sobras. Sé que no es lo correcto pero mi situación también es difícil. Ellos se paran en las afueras de la cafetería, esperan a que los clientes terminen de comer y luego se acercan con una bolsita para recoger lo que quedó en el plato. Ha habido ocasiones en que buenos samaritanos le compran un plato completo”, aseguró Mireya, dependienta de una cafetería.

Mientras, los servicios que ofrece la casa de abuelos de La Maya son cada día menores. Los ancianos “pasan hambre allí”, de acuerdo con los entrevistados, por eso deciden marcharse o acudir de forma intermitente. Por otro lado, desde diciembre pasado, la fonda, lugar donde se vendían ofertas gastronómicas un tanto económicas, fue arrendada por un particular.