3/03/2024 | Por Pedro Aja Castaño

El verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquél que le reparte regalos, donaciones y beneficios.
Plutarco

En la edición de Semana del 24 de febrero, en su artículo “El ocaso de los partidos políticos,” presenta Diana Saray Giraldo una situación recurrente en nuestra parroquia política a raíz de un planteamiento contundente de César Gaviria en relación con Petro: “No vamos a permitir que Petro quebrante 200 años en que estas instituciones defendieron nuestra democracia y que en 200 años de vida republicana nunca hemos visto actuaciones como las que estamos observando en el día de hoy.”

Y, según interpreta la periodista, “Semejante aseveración, viniendo del jefe del Partido Liberal, pronosticaba un rompimiento entre su partido y el Gobierno nacional, y su salida de la coalición… Pero no será así. Los liberales, principalmente los representantes a la Cámara, están ya prestos a apoyar al Gobierno en sus iniciativas. AQUÍ NO HABRÁ LLAMAMIENTO A BANCADA DONDE SE DÉ EL LINEAMIENTO DE LO QUE DEBERÁ HACER LA COLECTIVIDAD. Y la razón es sencilla: una cosa es lo que piensa el líder de los liberales y otra muy distinta los miembros del partido, que están dispuestos a seguir negociando su participación en la tajada burocrática a cambio de su voto a favor del Gobierno. Por eso, a pesar de la severidad de las afirmaciones de Gaviria, nada pasará con su partido.”

“Todos estos capítulos dejan en evidencia que EN COLOMBIA ES IMPOSIBLE HOY QUE LOS PARTIDOS OBREN COMO BANCADA Y QUE CADA VEZ MÁS SE DEBILITA ESTA FIGURA. Los partidos se diluyen ante el descarado negocio del apoyo a las reformas a cambio de participación en la repartija del poder.”

Ahora bien, estamos tan acostumbrados al escenario anterior que no le prestamos atención considerándolo normal porque así son los políticos, ignorando que los políticos se han vuelto así debido a los resultados buenos y malos de las transformaciones sociales, la economía, la experiencia institucional relacionada con la política, y la vida en general. ¿Cómo empezar a entender ese enredo para ir aportando soluciones?

Los estudiosos dedicados al declive de los partidos políticos han encontrado que estos pasan por cinco etapas o fases: 1. Ciegos o DESINTERESADOS con respecto a lo que ocurre; 2. Por lo tanto, INACCIÓN; 3. Acciones o decisiones INEFECTIVAS; 4. CRISIS; 5. DESINTEGRACIÓN del partido.

FASE 1: CIEGOS O DESINTERESADOS. En la primera fase, es posible que las cosas no vayan bien para el partido, pero tampoco particularmente mal. Puede que haya habido algunos resultados desfavorables para ciertos políticos, pero si continúan pegados a su partido, vendrán tiempos mejores. Los problemas se atribuyen a los medios, o causas internas, como deslealtades, pereza; los pensantes piden INNOVACIONES, en vano.

La dirección del partido no logra anticipar lo que está por venir en el contexto del despelote moral mundial. La lista de atrocidades sería interminable. La arrogancia a menudo juega un papel en esto, particularmente si los líderes han tenido un historial exitoso hasta la fecha. Lo que ha funcionado en el pasado seguramente funcionará en el futuro. EN CONSECUENCIA, NO VEN UNA NECESIDAD CLARA DE INNOVAR.

Si vemos el panorama colombiano y la globalización, ya la gente no come cuento. Las redes han abierto un camino de opinión, un juzgamiento instantáneo, una capacidad de tumbar mitos y mentiras, que nadie se salva de ese escrutinio diario. Por eso LA PAZ TOTAL está sometida a un CERNIDOR O COLADOR DIARIO DE OPINIÓN. Para los intelectuales están las editoriales y artículos bien escritos que no leen la gente del común que elige y se guía por el video, el meme, el trino, el chat, etc.

Como resultado de lo anterior ha surgido una oposición antisistema, los independientes, el abstencionismo, la corrupción del voto, la cooptación mafiosa del estado, etc. que destruyen la democracia.

FASE 2: INACCIÓN. En la segunda fase, es posible que se identifiquen desafíos, que no se estén abordando. El partido puede languidecer en esta fase durante meses o años. En cuanto al rendimiento de la colcha de intercambio de favores del régimen todo va bien. Sin embargo, EL COMPROMISO CON LOS LÍDERES CAE, (Gaviria) pero “podría ser mucho peor,” piensan algunos. Una elección podría resultar mejor de lo esperado y se presenta como la señal de un CAMBIO DE TENDENCIA, pero sin respaldarla con acciones inteligentes. A veces los líderes pueden salirse con la suya, por un tiempo (Petro; pero su Pacto Histórico vive en garrotera permanente).

FASE 3: ACCIÓN INEFECTIVA. La moral se deteriora. Con el tiempo, la presión interna y externa aumenta. En Colombia esto ocurre debido a la repartición de las CUOTAS DE PODER (Artículo de Semana: “El megapoder de Sarabia”) O puede ser una más de las decisiones desastrosas del gobernante (Los nombramientos de Petro, las renuncias, la repartija burocrática)

Por lo tanto, las acciones contra el crimen organizado no responden a lo que la gente espera, porque ignora la VERDADERA ESTRUCTURA DEL PROBLEMA: el intercambio de favores entre la ilegalidad y las instituciones legales; los dividendos de la guerra; los verdaderos dueños del negocio; el impacto letal en la sociedad, etc. que desemboca en la DESTRUCCIÓN DE LA DEMOCRACIA y la posible condición de Colombia como un país paria en el concierto de las naciones. Adiós embajadas. Así estábamos en el 2002.

La olla del sancocho político empieza a hervir; ya no son sólo los criticones habituales los que revuelven la sopa. La dirección del partido (Petro) se ve impulsada a actuar, según su humor especial que es uno por la mañana y otro por la tarde: ERRÁTICO. Los críticos son escuchados, pero no aceptados lo que aviva aún más el cinismo del gobernante para hacer lo que le da la gana.

En los retiros estratégicos se reflexiona e incluso se deciden opciones. Pero la dirección del partido termina con una acción estratégica equivocada o con una ejecución a medias de la correcta y, al final, los remedios empeoran la situación. El partido entra en caída libre.

FASE 4: CRISIS. La angustia se hace visible. Los problemas sustanciales se hacen públicos y no pueden ignorarse ni descartarse: Los votantes furiosos están desencantados; los independientes no tienen patrocinadores; los progresistas de izquierda chocan con los tradicionales; y para colmo de males, hay una mega lupa vigilante de cada movimiento y palabra del ejecutivo; Petro dice que se siente ‘perseguido’ y empieza a meter la pata con la CSJ, la Fiscalía, los medios, etc.

Las personas claves se le retiran. Ahora hay críticas abiertas por parte de pesos pesados ​​leales dentro de su propio partido y la izquierda, además de la oposición de sus contrincantes políticos. La gestión de conflictos internos consume cada vez más tiempo y energía, que los medios informan con entusiasmo. Por eso Petro se enfrenta a una pérdida cada vez mayor de credibilidad y apalancamiento; de ahí que hable de ‘golpe de estado blando’, o abiertamente de sucesión de uno igual o peor que él.

Surge entonces la sospecha del origen de los dineros de campaña avalados por su propio hijo. El narcotráfico entra en juego. Se presenta entonces LA MENTALIDAD DEFENSIVA DEL BÚNKER. En lugar de abrirse a la discusión democrática, el círculo de dirigentes se cierra; Petro espera que sus seguidores cierren filas para defenderlo y empieza a soñar con la unificación de loa partidos pequeños en un solo partido. Es el primer intento para estatizar todo: salud, pensiones, trabajo, etc.

FASE 5: DESINTEGRACIÓN. En Colombia se ha hablado por años de UN CONFLIICTO INTERNO refiriéndose solamente al enfrentamiento armado entre el estado y la subversión. De vez en cuando se ha hablado de guerra civil en la que desaparecen los canales de comunicación como son los partidos. Así surge la paranoia de “nosotros contra ellos.”

Desaparecen los verdaderos líderes de opinión capaces de detener ese descalabro social. Si los hay, entonces ‘ellos’ buscan asesinarlo haciendo casi imposible una reconciliación (Gaitán). Eso ocurrió en 1948, por lo que en el 2024 existen muchos escenarios que hacen difícil la paz; entre ellos los intentos de asesinar a Uribe, con lo que se prendería la hoguera en muchos escenarios, entre ellos la guerra urbana.

Así, se disolvería el congreso; las fuerzas regulares estatales se contaminarían con el paramilitarismo de manera abierta; los partidos tradicionales y progresistas tambalearían. Se pierde el significado de vivir, por lo que la paranoia se apodera de los líderes: el enemigo está en todas partes. Ahora es “nosotros contra ellos” de manera indiscriminada según el parecer de cada quien.

A veces eso puede llegar tan lejos como «si yo caigo, tú caes conmigo». Ahora todo se centra alrededor del poder y ninguna política. Se sacrifican peones, pero la partida ya está perdida. Las encuestas colapsan; el corazón del partido deja de latir. En otros casos, un grupo puede continuar como un “partido zombi” de no-muertos y entonces surge la brujería con el fin de dominar la voluntad de las personas. No hablo paja. Lea “Los brujos de Chávez” del periodista David Placer. Hoy en día, para ‘ascender’ en los vericuetos del poder en Venezuela, hay que ser santero; y de vez en cuando repartir mermelada popular como descubrió Plutarco.

Ahora bien, lo anterior es una APRECIACIÓN PERSONAL de un problema gravísimo sobre el que no hay conciencia ciudadana, por lo tanto, una ausencia de OPINIÓN PÚBLICA BIEN INFORMADA. Sugiero la siguiente recomendación para los profesionales del derecho o quienes entienden de leyes. Ir a internet y teclear CAUSAS LEGALES POR LAS QUE UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA DESAPARECE. Sale un documento de siete páginas de normas legales para: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela. Pero Petro Pretende pasarse por la faja a la CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA GUARDIANA DE LA DEMOCRACIA. Eso no sucederá. Y para que usted, amable lector se convenza, busque la lista de los partidos políticos colombianos que han desaparecido y nadie recuerda.