7/03/2024 | Por José Gregorio Martínez | PanAm Post

El presidente de Estados Unidos tuvo que empezar su discurso del estado de la Unión con un retraso de 20 minutos porque manifestantes pro Palestina interrumpieron su paso hacia el Capitolio. Esto evidenció la fractura que hay en la izquierda que lo respaldó en las elecciones de 2020

Un tema que Joe Biden no pudo ignorar en su discurso del estado de la Unión es el relacionado con la crisis migratoria que se ha desbordado durante su gestión. (EFE)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronunció este jueves un discurso del estado de la Unión cargado de ideología progresista con la mira puesta en su campaña para la reelección pero sin poder complacer a todos los sectores que hacen vida del lado de los demócratas. Su llegada al Capitolio se vio interrumpida por manifestantes por Palestina que cuestionan el apoyo del mandatario estadounidense a Israel y piden que su gobierno respalde un cese al fuego en la Franja de Gaza. Por este motivo, debió cambiar la ruta para ingresar al Congreso, lo que generó un inusual retraso de 20 minutos que no pasó inadvertido.

“Llega sustancialmente tarde. No es un buen comienzo, pero démosle el beneficio de la duda. Seguro que tenía cosas muy importantes que hacer”, dijo el expresidente Donald Trump y candidato sin rival para la nominación republicana desde su red Truth Social, quien se ganó una mención en el discurso de Biden, que acusó al líder republicano de querer “enterrar la verdad sobre el 6 de enero”, cuando simpatizantes del movimiento MAGA (Make America Great Again) ingresaron al Capitolio para intentar impedir la certificación de Biden como ganador de las elecciones de 2020.

Contra Putin, Hamás y China

Previamente, casi recién iniciando su discurso, Joe Biden apuntó toda su artillería contra Vladímir Putin. Tras pedir al Congreso “hacer frente” al mandatario ruso y aprobar un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania que ha estado estancado durante meses, el jefe de la Casa Blanca fue enfático en su enfrentamiento con Putin.

“Mi mensaje para el presidente Putin es claro. No nos retiraremos. No cederemos, yo no cederé. La Historia nos observa (…) Si Estados Unidos da marcha atrás ahora, pondrá a Ucrania en riesgo. Pondrá a Europa en riesgo. Pondrá en riesgo al mundo libre, y será una invitación para otros que desean hacernos daño”.

Sobre el conflicto en el Medio Oriente, que tantos problemas internos le ha generado entre sus seguidores, Biden señaló que su gobierno está trabajando para conseguir un alto al fuego de seis semanas, pero no sin antes ratificar que “Israel tiene derecho a defenderse de Hamás”. En este mismo orden de ideas, se refirió a la latente amenaza china sobre Taiwán. “Me he asegurado de que las tecnologías de EE. UU. no puedan usarse en armas chinas. A mi predecesor nunca se le ocurrió nada de esto. Quiero competir con China”, indicó haciendo nuevamente referencia a Trump.

El aborto como promesa de campaña

Si bien por un lado Biden no logra complacer a sus seguidores más radicales que están alineados con la izquierda internacional que se ha declarado enemiga de Israel, por el otro sí lanzó un guiño a los mal llamados progresistas que tienen la defensa del aborto como una de sus principales banderas.

“Si los estadounidenses me envían un Congreso que apoye el derecho a decidir, se los prometo: restableceré Roe vs. Wade como ley”, dijo Biden en su discurso en referencia a la decisión judicial de 1973 que protegía el aborto en el ámbito federal y fue revocada por la Corte Suprema de EE. UU. en 2022.

“Quienes se jactan de la anulación de Roe vs. Wade no tienen ni idea del poder de las mujeres en Estados Unidos, pero lo descubrieron cuando la libertad reproductiva estuvo en las urnas y ganó en 2022 y lo volverán a descubrir en 2024”.

Migración: “No voy a separar a familias”

Otro tema que Biden no pudo ignorar en su discurso es el relacionado con la crisis migratoria. Sin embargo, lejos de ofrecer una política que permita asegurar las fronteras optó por volver a su discurso pro inmigración que mantuvo durante la campaña de 2020.

“No voy a separar familias. No voy a impedir a personas que entren al país en virtud de su fe. Introduje un plan completo para asegurar la frontera. Pero a diferencia de mi predecesor, yo sé quiénes somos como estadounidenses (…) Muchas personas han venido de cada rincón de la Tierra. Unos vienen huyendo de la persecución. Todos venimos de algún sitio. Todos somos estadounidenses”.

En este tema tampoco desaprovechó la oportunidad para atacar a su rival republicano, obviando el hecho de que la política demócrata de puertas abiertas incentivó a los migrantes a cruzar de manera irregular la frontera, pasando de 1,7 millones de indocumentados recibidos por las autoridades en 2021 a 2,5 millones en 2023.

Economía y agenda verde

Y en el ámbito económico, Biden celebró haber bajado la inflación de 9 % a 3 %, sin hacer mención al hecho de que fue en su primer año de gobierno que el índice de precios al consumidor alcanzó el punto más alto de los últimos 20 años. Adicionalmente, destacó que ha logrado recortar el déficit federal y anunció nuevos impuestos para las personas más acaudaladas y las grandes corporaciones. “He propuesto un impuesto mínimo para los millonarios de 25 %. Eso generaría 500.000 millones de dólares en los próximos 10 años”.

Biden no dejó de hacer mención a su agenda verde, que según dijo, ha atraído 650.000 millones de dólares en energías limpias y ha generado decenas de miles de puestos de empleo, así como tampoco pasó por alto su política a favor de los vehículos eléctricos, pero sin admitir que la tormenta invernal de enero expuso las fallas que aún presenta esta tecnología ni que la orden de que 67 % de las ventas de automóviles para 2032 sea solo de vehículos eléctricos haría perder millones de empleos, lo que ya le reclaman los sindicatos automotrices que mueven un importante caudal de votos que necesita el aspirante a la reelección.